¡ANÍMATE!

Concurso de microrrelatos

¡BIENVENIDO AL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE HALLOWEEN! MUY PRONTO PODRÁS PRESENTAR TUS... ¡TERROLECTURAS!

TEMÁTICA


Terror

El terror es una sensación de miedo muy intensa. El miedo se define como una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario; cuando éste supera los controles cerebrales y el sujeto no puede pensar de forma racional, aparece el terror.

Terror tecnológico

La tecnología no para de avanzar. El futuro que preveían los libros, las películas, las series, ... Está cerca. Señores, alabemos a una raza superior, o perezcamos en el pasado.

BASES DEL CONCURSO


  1. Podrá concursar, de forma totalmente gratuita, cualquier alumno o exalumno de la UCM, con excepción de los miembros del jurado y los encargados de la gestión de los relatos.
  2. Sólo podrá presentarse un relato por autor.
  3. La participación en este concurso supone la plena aceptación de estas bases. El incumplimiento de dichas bases conlleva la descalificación del mismo.
  4. La entrega de premios tendrá lugar el 30 de octubre. Los ganadores podrán presentar su carnet de la Complutense o su carnet de exalumno en el momento de recibir el premio o mediante correo en las direcciones habilitadas para ello .
  5. Premios por confirmar. En su momento, serán publicados en la página web.
  6. Las organizaciones se reservarán el derecho para publicar los relatos premiados o parte de ellos como sea conveniente, siempre comprometiéndose a no utilizarlos con ánimo de lucro y acompañarlos del nombre del autor.
  7. El Jurado estará formado por estudiantes, exalumnos o personal de la Complutense.
  8. El fallo del Jurado será hecho público el 30 de octubre. Dicho fallo se hará público a través de la web oficial del concurso, así como a través de distintas redes sociales/web. Asimismo se informará a los participantes de estos mismos fallos mediante correo electrónico a la cuenta facilitada.
  9. El plazo de entrega de relatos finalizará el día 24 de octubre a las 23:55.
  10. Los relatos se enviarán a través del apartado "Datos del Microrrelato" habilitado en la web https://terror.garciabaameiro.com/#message.
  11. El archivo enviado no podrá estar firmado ni por el nombre ni por ningún tipo de seudónimo. En caso de quedar premiado el relato, ya sea ganador o finalista, se revisará el envío del carnet de la Universidad o el de exalumno por parte del ganador.
  12. Los relatos deberán ser inéditos, escritos en español, y su temática deberá incluirse en el subgénero de terror, dentro del cuál se podrán presentar relatos de terror tecnológico. La extensión máxima del relato será de 200 palabras. Relatos con una mayor extensión serán excluidos del concurso.
  13. Premios por confirmar. En su momento, serán publicados en la página web.


CONCURSO REALIZADO POR Y PARA ESTUDIANTES

PATROCINADORES - COLABORADORES


Númenor
Sci-Fdi: Revista de ciencia ficción
La Casa del Estudiante UCM
LibreLabUCM
Reino de Arckham
Alumni UCM
Biblioteca Psicología Universidad Complutense de Madrid
La Guarida de Harley

¡GANADORES DEL CONCURSO!



Habitación 211

1
Irene Ferrer Beired

" Los últimos rayos de sol se cuelan por unas desvencijadas cortinas iluminando el cuchitril de un motel todo incluido que acabas de pagar. En la habitación hay una cama con adornos florales presidida por un retrato regio que parece seguirte con la mirada, como si se hubiese escapado de otra época.

En lugar de una chocolatina sobre la cama, descubres asqueado que hay un enorme charco de sangre viscosa y caliente que deja un rastro hasta un triste armario de doble puerta pasado de moda. Y justo cuando vas a llamar al servicio de habitaciones, escuchas un ruido dentro del mueble.

A través de la cerradura se advierte la figura agazapada y temblorosa de un niño de corta edad. La cerradura tiene unas muescas recientes, como si alguien hubiese intentado forzarla en vano. Ojeas a través de ella y comprendes que lo que creías un niño, no es más que una criatura ensangrentada que ahora clava su ojo sin párpado en tu pupila. Retrocedes tambaleando, todavía con el teléfono en la mano, y, mientras una voz te susurra desde el armario que te había echado de menos, descubres, que lo que antes era un retrato, es ahora un lienzo vacío.""



DIRECTO

2

"Abro Instagram, una compañera de clase empieza un directo. Me conecto. La veo llorando sobre el escritorio. No cesa en su llanto. Saca del cajón una larga soga. Juega con ella entre sus manos. Empieza a anudarla mientras solloza pidiendo que la perdonemos. El pulso se me altera irrefrenablemente. ¡No lo hagas!¡Para Ana! Ella no me oye, no cesa. ¡Para joder! Cada vez tiene más espectadores, la animan a que siga. En ese mar de sufrimiento engancha la cuerda en el ventilador de la habitación. Sigo tratando de frenarla. Se sube a la cama y… se cuelga. No borraré jamás la imagen de mi retina. El cuerpo inerte y sin vida ondeante. Durante una semana la veía en el reflejo de mi móvil, me susurraba al oído y me seguía. Al final decidí unirme a ella."



El cachorro del sótano

3

"Mi mami me había dicho que por nada del mundo bajara al sótano, pero realmente quería saber qué hacía esos ruidos. Sonaban como un cachorro llorando y yo realmente quería verlo y jugar con él. Así que un día abrí la puerta del sótano y bajé muy sigilosamente. No vi ningún cachorro, y apenas estaba bajando cuando mi mami me gritó y jaló fuera. Nunca me había gritado, eso me hizo muy triste y lloré. Me pidió que nunca entrara de nuevo al sótano, me dio una golosina y me abrazó. Es raro que me abrace y eso me hizo feliz, tanto que se me pasaron las ganas de preguntarle por qué mi hermanito estaba en el sótano o por qué no tenía ni manos ni pies. "



Un poco de luz

3

"Un poco de luz. Te buscaba entre las sombras. La oscuridad era tanta que no se distinguía ningún rostro. Te buscaba entre los olores pero la podredumbre era tan fuerte que no podía encontrarte.
En mi mente intentaba reconstruir ese tiempo en el que fuimos felices. Vivíamos en un piso pequeño, apenas una habitación, no teníamos muebles, ni siquiera un colchón, pero no nos hacía falta; hacíamos el amor en el suelo como dos salvajes y después nos quedábamos horas acostados fumando cigarrillos, hablando de todos los planes que queríamos hacer, juntos. Tú siempre tenías frío. Me daba pena no poder darte nada de lo que tú merecías. Algunas noches tenías pesadillas, despertabas sobresaltada, temblando, a veces incluso decías mi nombre y entonces yo sentía que podía salvarte, que si me nombrabas iría hasta donde tus pesadillas. Quería saber con qué soñabas, cuáles eran tus miedos, qué podía causarte tanto terror. Nunca quisiste hablar de ello.
Ahora lo sé. Ahora sé tu secreto. Soy solo una invención tuya. Un poco de luz en tus pesadillas. Un pensamiento que entra a calmarte en la oscuridad y la podredumbre en la que siempre has vivido."

TODOS LOS RELATOS

Entre los dos mundos



"Escuchaba sus pasos. Una fría puerta de mármol era el único impedimento para que me encontrase. No podía verle, pero una rendija en la parte inferior dejaba entrever a la perfección su silueta oscura recorriendo el pasillo. Como una flecha iba y venía, jadeante. Su respiración pedregosa rompía con el solemne silencio. Solo tenía que aguantar treinta segundos más, treinta malditos segundos para que aquello que había salido de las mismísimas puertas del inframundo no me encontrara. Veinticinco, veinticuatro… Tapaba mi boca con mis manos, no podía permitir que el llanto revelara mi vulnerable posición. Todos habían muerto de una manera horrible. Sentía mis músculos tan rígidos que apenas podía moverme. Trece, doce… La criatura se paró delante de la puerta. Escuchaba el crepitar de sus garras con la superficie. Me había encontrado. Nueve, ocho… Sus golpes violentos hacían tambalear la entrada. Miraba desesperado las manecillas del reloj. Cinco, cuatro… A mi alrededor no había nada con lo que taponar la puerta, sólo vísceras y sangre. Tres, dos, uno… Todo quedó en silencio. Cerré los ojos y los abrí lentamente, simulando despertar. – Se ha ido – pensé. Pero la puerta cedió..."



La armonía de los bárbaros



"Don Rodrigo se dedicaba a prestar dinero a campesinos y pequeños comerciantes del pueblo. Avaro e insensible, fiaba pequeñas cantidades a gente pobre para poder comprar tomates y patatas, venderlos en el mercado, y regresar con el importe prestado más un asfixiante interés. En poco tiempo, su lucrativo negocio de miseria le convirtió en el hombre más rico del pueblo y cualquiera podía figurar en su implacable libreta de tapas negras.

Una tarde, dos hermanas se acercaron a Rodrigo para pedir piedad con un cobro. El hombre las hizo pasar a casa y escuchó sus súplicas mientas les ofrecía una taza de caldo de gallina. Su nieta Rosa, extrañada, miró a su abuelo despedir con ternura a las dos mujeres.

Las hermanas enfermaron aquella misma noche. Murieron tras dos días de dolores y fiebres, úlceras y vómitos de sangre. La infección gangrenó sus cuerpos y el miedo las mandó enterrar fuera del cementerio.

Rodrigo llamó a su nieta. “Acércate Rosa. Mira, en esta libreta están todos los nombres, fechas y cantidades a tener en cuenta cuando yo muera. Y más a la izquierda, aquí, al margen, anotarás a quiénes prefirieron abandonar la disciplina y el deber”."



Una buena mujer



"Siempre he sido una buena esposa. He cumplido todos los deberes que se esperan de una mujer: he criado y educado a nuestros hijos, hecho la comida, limpiado la casa, he ido a misa y he cumplido mis deberes en el lecho conyugal. Y todo para que ahora unas niñatas crean que puedes decirme lo que tengo que hacer.
¡Dejad de mirarme así! Yo no soy la mala.
Tú y tus amigas me hartasteis con vuestros discursitos. Se nota lo mal que os han educado vuestros padres…
Por vuestra culpa, metiéndoos donde nadie os llamaba, mi Antonio pasó una noche en el calabozo. Solo fue una bofetada. No como al día siguiente, cuando volvió furioso por vuestra culpa.
Y tú, sí tú, la del rincón, no te duermas, que estoy hablando. ¿Quieres que vaya de nuevo a por el taladro?
Cómo decía, Antonio nunca me había pegado sin habérmelo ganado. Excepto esta vez. Y ahora tenéis que pagar por ello.
Niña, no te esfuerces en hacer ruido, nadie te oirá. ¿O vino alguien cuando tu amiga se quitó la mordaza antes de morir?
Venga, terminemos con esto rapidito que tengo que ir a hacerle unas croquetas a mí Antonio."



2060



"Corre, Corre, Corre...
Ups.

Va a investigar, por supuesto que va a investigar.

¡Sorpresa! han matado al negro...
Espera, debería sentirme ofendida ¿cierto?

No puedo evitar poner los ojos en blanco.
Llevo horas viendo películas antiguas una tras otra. Ni si quiera me gustan... simplemente me recuerdan mejores tiempos.

Decido levantarme de la cama por primera vez en todo el día para comer.
Voy encendiendo una a una las pantallas de luz de camino a la cocina, por el color parece estar atardeciendo.

Echo de menos las ventanas de verdad.

Enciendo la tele mientras caliento sobras de ayer pero solo parecen hablar del hecho de que hoy es Halloween.
Un flujo de imágenes cruzan mi mente: Un sol que abrasa todo lo que toca, un aire tan tóxico que pudre los pulmones desde dentro, una comida tan artificial como nuestra luz, océanos casi tan inexistentes como los árboles, depender de la tecnología para hablar con otro ser humano, el hecho de que llevo años sin tocar a otra persona...

El sonido del microondas indicando que ya ha calentado mi comida me saca de mis pensamientos.

Vivimos en una pesadilla, un Halloween eterno. Hoy no tiene nada de especial."



Ábreme



"-Déjame salir.
-No puedo.
-Claro que puedes.
-Todos me han dicho que no te escuche.
-Quieren separarnos. Mami, déjame salir.
La mujer trató de ignorar la voz. Dio vueltas por la habitación, intentando pensar en otra cosa...pero seguía escuchándola. Un escalofrío recorrió su espalda.
-Si lo haces estaremos juntas.

La muerte de una mujer desangrada saldría en todas las noticias en las próximas horas. Sufría un embarazo psicológico."



Virtual



"Lo que ocurrió con la programadora erudita fue terrible. Tenía su vida resuelta, hasta que apareció aquella mariposa.
Con sus alas perfectas de un color que nunca antes había visto, lo desordenó todo. Un insecto al otro lado del ordenador parecía Ilógico. Estaba dentro, virtual y real al mismo tiempo.
- Libérame.- le suplicó con voz seductora.
La programadora reseteó la computadora inmediatamente. Ni aun así se deshizo de ella. Encendida o apagada, sus alas se rompían al golpear la pantalla. Era la primera vez que algo le resultaba indomable en siete años de carrera en informática.
Poco a poco, la mariposa tomó su vida. Queriendo liberarla, la mujer estudió códigos. Pasó meses en su cuarto pensando. Estaba delgada como un hueso y el teléfono no dejaba de sonar. Perdió su trabajo, la rutina y la razón.
Cuando por fin logró hacer desaparecer al animal exótico, reconoció su soledad, el hambre y el dolor.
Alguien tocó a su puerta. Allí la esperaba un hombre fornido, sonriente, maduro y del mismo color del insecto. Entonces tomó su mano sin mirar atrás.
Aquel día que liberó a la mariposa, la programadora supo que se había encerrado para siempre."



El Fermento



"Mi familia ha sido dueña de la bodega desde hace siglos. Nunca ha dado grandes producciones, pero el vino siempre era excelente. La familia estaba tan unida a la bodega que incluso contenía nuestra cripta. Generaciones de los nuestros yacen junto a un enorme alambique que usamos para criar el fermento que da a nuestros vinos ese gusto tan especial.

Mi abuela siempre decía que la bodega daba buen vino gracias a que nuestros antepasados habían dado sangre y lágrimas a fin de ayudar a sus descendientes. Pero yo soy el último, la edad y las desgracias se han llevado a todos.
He vendido la bodega, quiero ir a ver la cripta por última vez antes de que la destruyan. Me siento culpable, poco trabajo y demasiadas apuestas a caballos lentos, el legado de mi familia, perdido.

¿Un sonido? ¿El alambique? Abro la tapa asustado y vomito en el agujero, las caras que flotan en el obsceno fluido gimen de placer ¿Hay acaso alguna tumba llena? En ese extraño fluido veo a mis padres, a sus abuelos, no me odian, me llaman, me anhelan.

Podría huir, pero no me queda nada al otro lado, así que me dejo caer... "



Mamá ha muerto



"Hoy ha muerto mamá. O quizá fue ayer. No lo sé. No lo sé, porque hace meses que el reloj de la cocina dejó de dar la hora correcta. Pero ha muerto, de eso estoy seguro. Al principio su pecho aún se movía de manera entrecortada, como agarrándose a los últimos alientos, pero ahora hasta la sangre ha dejado de brotar de sus heridas. Sus ojos están entreabiertos, como si estuviera vigilándome incluso desde el más allá. Quizá lo esté, así que se los cierro. Su pelo forma un nido en mi regazo y empiezo a peinárselo con las manos, como ella hacía cuando yo era pequeño.
Mamá ha muerto y la ambulancia aún no ha llegado. Tampoco estoy seguro de haberla llamado. O sí. Ya no sé nada. Pienso en toda la sangre que nos rodea. Sangre en mi ropa, machada. En el suelo, manchado. En mis manos, manchadas. En el cuchillo tirado en un rincón. Y en qué voy a decirle a Pedro cuando se despierte por la mañana. Aunque, quizá Pedro también haya muerto hoy. O quizá mañana. "



Una cita perfecta



"Decidió preparar la cena, celebrando la velada romántica junto a su mujer ideal.
Él mismo había elegido el corte perfecto para la ocasión y, aunque le costó mucho preparar la carne, el aroma que salía de la cazuela era ciertamente embriagador.
Preparó dos cuantiosos platos y los llevó al comedor junto a su amada, inmóvil por el miedo. Le apartó el esparadrapo y empezó a alimentarla cucharada a cucharada. Después de todo, era difícil comer estando atada... Y más aun si no tienes brazos. "



Anatomía Humana



"Sonó la campana y el profesor entró a clase, pidiendo a los alumnos que se sentaran, pasado un momento, cuando todos estuvieron en sus pupitres, comenzó la clase, “Anatomía Humana”, escribió en la pizarra, al tiempo que preguntó lo que sabían sus alumnos sobre esta materia y desplegaba un panel informativo sobre las diferentes partes y nombres de los órganos y huesos, de la parte delantera de la clase una voz tímida habló: “-Se consideran mamíferos”, “-Muy bien, ¿qué más?”, “-Su cerebro es el centro de su sistema nervioso y el corazón del circulatorio” contestó otra voz desde el centro de la estancia; “-¡Excelente!” respondió el profesor al tiempo que marcaba con un pequeño utensilio ambas zonas, “-¿Qué más, mis alumnos?” Inquirió con un resplandor en los ojos, del fondo de la sala le llegó otra voz “¡Están deliciosos!” dijo uno de aquellos seres con la piel pálida haciendo que su voz sonara más fuerte poniendo dos de sus cuatro brazos en su boca triangular, lo que provocó que la clase riera y mostrara sus colmillos, incluso el profesor “-Muy bien, sacad vuestros humanos de práctica y cortadlos según el diagrama de la página ochenta y cinco”…"



La premonición



"La multitud del autobús me generaba ansiedad y tanta humanidad junta iba a acabar con mi respiración. Toda esa preocupación desapareció al ver el gato negro de mi premonición. Pasamos justo debajo de su cadáver y mi corazón se heló ¿Iba a ocurrir? La entrada de la facultad me pesaba…un paso más y estallaría como si un melón cayera desde un octavo piso. Sin percatarme me encontraba en uno de los tres pisos y mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido una maratón. Algo me susurraba “huye” y directamente sentí un gran peligro. A pesar de estar débil hice lo que la mística voz me dijo… y todo lo que vi fueron cuerpos ensangrentados tirados en el suelo. No podía entender nada, ¿por qué todos estaban muertos? Bajé a la planta baja desesperado, sudando y respirando como un cordero recién degollado. Al final del pasillo apareció el hombre enmascarado de mi otra premonición. Llevaba esa pistola y cerré los ojos…oí el disparo, pero no sentí el dolor de la bala. Abrí los ojos y tenía en mis manos esa arma y la propia máscara. Aquel tipo no estaba ahí…deje de sentir la debilidad… ¿qué demonios había pasado esa mañana?"



Herencia en Halloween



"Nadie culparía a un padre de volverse loco tras perder a su hijo. Pero aquel ingeniero pensó y pensó, hasta que los pensamientos empezaron a alimentarse de su alma y las ideas le arrancaron la humanidad. Fue entonces, cuando se dio cuenta que ya había comenzado a reconstruir a su hijo desde cero, que había programado un buen cerebro pero que de nada serviría sin sentimientos propios del corazón de un niño.

Empezó con un simple secuestro en la noche de Halloween, nadie notaría la ausencia de un niño en esas calles tan llenas. Pero un solo niño no bastaba. Finalmente, se dio cuenta que era mucho más fácil reciclar código y destripó a aquellos niños capa por capa hasta llegar al mejor corazón con el que darle vida a su robótico hijo.

Lo que nunca pensó, es que mientras conseguía aquellos corazones de esa despiadada forma había dotado a su creación de odio y sufrimiento, fue por eso que la máquina lo mató y continuó con la tarea de su padre pues todo niño, incluso muerto, quiere amigos.

Cada Halloween, el número de cadáveres infantiles aumentó. Sin embargo, los niños asesinados volvían a casa, solo que un poco distintos..."



Silencio



"Era de noche. El tiempo se convertía en luz posado sobre nuestros ojos. Estábamos tumbadas sobre luz de hace millones de años. Tenías dieciocho años y yo veinte. Cuando a lo lejos las luciérnagas hacían exhibición de sus propiedades lumínicas, de repente se oyó un grito ahogado. Tus ojos se posaron en los míos, después te acercaste a mí y me dijiste: cuando tengas miedo piensa que el Universo espera algo de ti, espera que corras hasta el final y vuelvas. La noche era húmeda y cálida, un paisaje verde cubría todo lo que podíamos ver. La playa estaba cerca y llegaba el olor a sal. Me temblaban las piernas y te dije que lo mejor sería que corriéramos. Me cogiste de la mano y atravesamos cientos de metros llenos de rocas y vegetación. Pensé en cómo haríamos para volver al estado de tranquilidad en el que estábamos segundos antes y deseé pegar mi piel a la tuya. Paramos, nuestros ojos parecían tocarse. Era como estar delante de mi imagen. Tus pupilas desprendían un halo de misterio muy familiar. Y desde entonces el miedo se quedó en aquel bosque, en el que al día siguiente apareció mi cadáver."



Ella



"La que le miraba desde el espejo era la que veía el resto del mundo, la chica normal, con algo de ojeras del poco dormir. Pero ella conocía la realidad y, ante sus ojos, mientras miraba fijamente su reflejo, la piel cayó a jirones revelando los músculos podridos, plagados de gusanos. Mechones de pelo se desprendieron de su cabeza, sus ojos se inyectaron en sangre. Un regusto amargo cubrió sus labios de pronto agrietados y llenos de llagas supurantes.

Esa era ella realmente.

En arranque tan brutal como inesperado, incluso para sí misma, destrozó el espejo de un puñetazo.

La mañana siguiente encontraron el baño repleto de la sangre que manaba de la muñeca de esa chica normal, con algo de ojeras del poco dormir."



Perfección subjetiva



"Le encantaba su ciudad, se sentía seguro en ella, el dios tecnológico estaba en todas partes, observando, vigilando que nada ni nadie perturbase el orden establecido. Si alguien se atrevía a hacerlo aparecían los cubos, que apresaban al infractor y en cuestión de segundos se lo devolvían a la sociedad trasformado en un bien común (energía, comida, abono, …).
Aquella deidad sin alma creada por el hombre había superado toda expectativa humana, aprendía de sí misma creando sus propios códigos y valores. Todo aquello producía en él una fascinación que le dejaba boquiabierto cuando surgían de la nada aquellas gloriosas figuras geométricas, de las que nunca hubiera sospechado que un día vendrían por él.
Un traspiés seguido de un accidental contacto físico malinterpretado y en un abrir y cerrar de ojos tenía frente a él a los esbirros de seis caras con sus perfectos cuadrados iguales. Aterrorizado, fue entonces cuando cometió el peor de los delitos, cuestionarse si el sistema establecido era el correcto.
Sus últimos pensamientos fueron trasmitidos al sistema central de aquella maquinaria que regía el destino de los hombres, y éste en su infinita sabiduría comenzó preventivamente (siempre en busca de su perfección subjetiva) a eliminar sujetos."



Un Truman más



"Te siguen. Lo sabes. No te importa. Que va a importarte si desde que naciste sabes que lo hacen. Todos. Absolutamente todos saben tus pasos. Recuerdan más tus fotos de chico de lo que tú las recuerdas. Así naciste. Un Truman más de este mundo. Y no hay pantalla de la cual escapar. ¿Qué hacer? ¿Mudarte? Sí, eso puede ser. Pero, ¿a dónde? ¿Es que acaso hay algún lugar posible al cuál escapar? No. No lo hay. Tú sigues corriendo. Sientes que te miran. Siguen todos tus movimientos. Lo que comiste. Eso también lo saben. Quieres gritar. Pero eso también quedará registrado. Ya sea en un story, un post o uno de esos estúpidos videos que abundan en la red.
Gritas.
La señora del frente se detiene. Sabes su pregunta, aunque no ha abierto la boca. Sabes lo que dice. Después de todo, ella es una más de ellos. Tú también lo eres. Los observas. Todo. A través de las minúsculas pantallas que retransmiten cada instante de sus vidas. Pero ya no puedes más. Huir. Tienes que huir. Pero no puedes. Es el sistema. Ese que empezó desde la primera red social. Esa en la que próximamente inscribirás a alguien."



Mi sendero diario



"Pateo las piedrecitas mientras vuelvo de la escuela de El Gastor. Hoy el maestro estaba serio cuando nos despidió, será por el nublado. Me gusta salir de la escuela porque me da el sol y vuelvo con mi amigo del campo de al lado Cristóbal, pero hoy él no vino a clase y es más aburrido. Alguien me llama desde lejos.
-¡Mariquilla! ¡Para! Te vas a caer.
Me giro y no hay nadie.Sigo andando. Me gritan otra vez:
- ¡María no te das cuenta!, ¡Eres una apamplada! ¡Inútil!
-Solo sirves para criar cerdos, ¡Cateta!
Avanzo más rápido, tengo miedo de que sea un caco, llego al riachuelo que me separa de casa. Empiezo a cruzar y me veo reflejada. Estoy hablando sola. "



Reencarnado



"¡La luna! ¡La luna! ¡Ya se asoma! Dijeron en las noticias que iba a haber luna roja. ¡Y qué roja es! ¡Gracias a Dios! ¡Puedo ver! ¡Vuelvo a ver! ... ¿Qué es este sitio?

¿Estoy donde el espantapájaros? No, aguarda... ¿Soy el espantapájaros? Pero delante estoy yo, tirado en el suelo. ¿Qué hago viéndome a mí mismo? ¿No me voy a despertar?

Quiero coger una bocanada de aire, respirar hondo, pero no puedo. Como cuando pasas mucho tiempo debajo del agua. ¿No tengo órganos? Aunque aún puedo sentir: ¿Sigo siendo una persona, entonces? Estoy ahí, en el suelo, pero por alguna razón ahora soy el espantapájaros. ¿Es esto lo que uno ve después de morir? Mi mirada sigue fija en un punto. No puedo parar de mirarme, dormido, tendido entre las coliflores. ¿Ahora soy un objeto? ¿Cuánto va a durar?

¿Pasará algún coche por la carretera? ¿Nadie me puede despertar? ¿Dónde está todo el mundo? ¿Dónde está mi familia? ¿Saben que estoy aquí? ¡Ayuda! ¡Aquí! ¡Estoy aquí, plantado en la tierra!

¡La luna! Ay, no, ¡Dios mío! ¿Por qué me haces esto? ¡No más oscuridad, por favor! ¿Nadie me ve? Ay no, ay no... Se está cubriendo otra vez... "



Última conexión



"No podría explicar cómo llegué a casa. Mi cuerpo, en un intento agónico de coordinación motriz, inhalaba, pero no exhalaba. Y así, agarrado a la tierra como si fuera un árbol, me paralicé. Me abandoné a la oscuridad de esa tarde fría de diciembre que se instalaría en mí por varias estaciones. Sentí el bloqueo que precede a la falta de aliento, la sudoración excesiva, mi garganta convertida en lija. El corazón bombeando más sangre de la que mis venas y arterias podían procesar.
Escuché a mi alrededor. Un lamento se extendió más allá del tiempo y del espacio, y me hizo caer de rodillas justo en el centro del salón. Saqué el móvil como pude, desbloquearlo no fue tarea fácil. Busqué nuestra conversación. 3 mensajes sin leer. “Compra naranjas.” “Ya salgo para allá.” Y el emoticono del beso lanzando un corazón. Última conexión: hace 2 horas. Al leer eso, un terremoto que superaba toda la escala Richter me sacudió. El móvil cayó al suelo.
Miré a mi alrededor. No, no era un sueño. Tú ya no estabas. Y yo… yo me quedaba. Sin ti, pero con tu fantasma vagando libremente.
Sin
encontrar
su
sitio.
Mientras, bajé a por naranjas."



Retrato efímero



"Aunque poco durarían ya, los artificiales rizos negros y los labios rojos como cerezas se mantenían intactos en aquel instante que, parecía, no iba a caducar nunca. Como un maniquí se desplomaba sobre la lujosa mesilla del enorme tocador, cuyo espejo duplicaba, como si por sí sola no fuera ya suficiente, la terrible escena. El aroma de los caros perfumes de extravagantes recipientes de vidrio que adornaban parte de aquella nube de horror y glamour creaba en esta una extraña paradoja al juntarse con el metálico olor de la sangre, cuyo color, a su vez, se mezclaba sutilmente con el final del sedoso y fino traje de tonalidad parecida. Aquel rostro angelical, que por crueldad de la naturaleza ya estaba condenado a degenerarse paulatinamente a lo largo de no demasiados años, ahora lo haría en cuestión de días por la crueldad mayor e insuperablemente injusta del ser humano."



Escaramujo



"Encallado sobre la arista exterior del terrado perteneciente al emblemático edificio Capitol y blandiendo su pluma estilográfica cual mosquetero venido a menos, un adolescente cualquiera se desgañita en berridos ininteligibles. Los transeúntes parecen no inmutarse ante semejante verborrea y prefieren continuar con el fluir de sus vidas. El complejo entramado de engranajes, poleas y pistones, que mantiene a flote Gran Vía en toda su extensión, inunda con su sinfonía industrial cada ángulo de su cauce. Hileras de vehículos circulan indiferentes por las venas y arterias de Madrid, la ciudad se limita a respirar. Es entonces, que el muchacho concluye finalmente su oda a la humanidad para, instantes después y con cierta dosis de dramatismo, dejar su cuerpo caer inerte de entre las fauces de dicha avenida principal. Cuatro escasos metros cuadrados quedan impregnados, al momento, por sus vísceras y extremidades, pero nadie llega a reparar en ello. El último de los poetas acaba de poner fin a su existencia, mientras los humanoides de aleación de titanio ni siquiera tratan de esquivar su cadáver al andar. Impregnando, así, el arcén de sus tonalidades burdeos que delinean una coreografía mecanizada."



28 de Diciembre



"Aquella mañana de 28 de diciembre se realizó la mayor broma de todas. Una broma tan pesada que provocó el suicidio colectivo de cientos de personas.
Al encender el televisor, una presentadora con cara de no haber dormido nada en las ultimas 24 horas daba la gran noticia: Un hacker había pinchado los móviles de toda la población y había filtrado todo. Conversaciones privadas, fotos íntimas; cosas que nadie debería haber visto nunca. Todo.
Esto había provocado el mayor caos que pudierais imaginar. La gente en las calles se gritaba y se peleaba. Ya había cientos de heridos. La tasa de suicidios había aumentado de manera exagerada en las últimas horas. Era como si hubiera llegado el apocalipsis. Y lo peor de todo es que nosotros mismos habíamos provocado esto, confiando demasiado en que la pequeña pantalla de nuestros teléfonos ocultara nuestra cara más vulnerable.
Con una garra apretándome el estómago me acerque al móvil, y mis peores pesadillas se confirmaron. Yo también había sufrido la filtración.
Me sentía expuesta, completamente desnuda ante el resto. La palabra intimidad ya no existía.
Mire por la ventana a la calle, pensando si algún día sería capaz de salir de nuevo. "



Thelazia



"Mientras esbozaba una tímida sonrisa, el joven volvió a contemplar su inocente mirada. Pero aquellos ojos que descansaban en sus manos ya no le decían nada."



Eloise



"El aullido de los lobos sonó por toda la habitación. Las campanas empezaron a tañir. Tan tan tan. Cerró los ojos, los apretó con fuerza. Tan tan tan. "Es solo el viento" se dijo para sí. Tan tan tan, volvió a tañir. No les daré la satisfacción de llorar, pensó, es una broma de mis hermanos mayores. "No podrán conmigo, no les daré la daría satisfacción." Clap clap clap. Un goteo irrumpió el silencio que en la habitación había. Abrió los ojos un poquito, algo le había goteado en la cara. ZAS. Oscuridad. "Eloise..." fue lo último que escuchó y de golpe y porrazo en la oscuridad se sumió "



Alimentando a Mara



"E- Ha llegado la hora.
Me dice mientras extiende un cuchillo.
Llevo en la cama cuatro días, mis ojos palpitan de insomnio y mi cuerpo está rígido como el de una muñeca de porcelana, a mi lado un cuerpo con veinte mechones de pelo y un cráneo rojizo al descubierto, me susurra mientras hace crujir los huesos de su rostro sin carne:
-Esta noche prefiero un niño, ¡y acaba con su vida con más entusiasmo!
Camino entre los cuerpos putrefactos mientras apunto en mi mente cada una de sus palabras.
-Eres la elegida. Me recuerda antes de cerrar la puerta. "



El Monstruo



"No, no me digas que me tranquilice, no me digas que ya pasará, porque ni siquiera se lo que está pasando...
Es esa extraña sensación que me atormenta día tras día..., puedes mirar hacia todos los lados, a través de un espejo, incluso en la más remota oscuridad... pero no se te ocurra mirar hacia arriba... odia que le miren a los ojos..."



La Hora Oscura



"El momento por fin había llegado, y el locutor, respirando con fuerza como resultado de su excitación, cerró sus largos y huesudos dedos pálidos alrededor del micrófono cuando la luz del estudio se encendió, indicando que estaban emitiendo.
“Buenas noches y bienvenidos a “La Hora Oscura”, el programa de radio para todos vosotros, queridos monstruos, degenerados y engendros de las tinieblas que acecháis debajo de las camas, en los tenebrosos bosques y en las vacías calles. Nos reunimos una vez más, a pocos días de nuestra noche predilecta, la que hace que nos hierva la sangre y la boca se nos haga agua ante la promesa de carne, sangre y miedo. Afortunadamente, nuestra amada colaboradora Wilfronda compartirá su receta para hacer un asado de niño con el que soportar los días restantes antes de nuestra gran fiesta. También os informaremos de los mejores lugares en los que cazar a incautos, especialmente a niños descuidados, además de la situación de la Luna para aquellos depredadores del terror que dependáis de ella. Pero, antes que nada, si algunos humanos nos están escuchando, tened cuidado estas noches, puede que algunos de nosotros no puedan contenerse. Comencemos con el programa de esta noche.”"



Veneno para vampiros



"El vampiro, inmortal, pensó que se volvería a morir.
Tragar era imposible: las arcadas trepaban hacia la garganta y le golpeaban el paladar. Zarandeado por las náuseas, no podía abrir la boca y vomitar; aquel veneno, que asfixiaba sin tragarlo, no dejaba un rincón de su boca a salvo. Estaba atrapado. La zona más maltratada era el paladar, el alma de los sentidos. Con los espasmos se liberaban burbujas que lo bombardeaban sin piedad, apoderándose de su nariz, que ahora era un apéndice inútil puesto al servicio del invasor. En breve ni respiraría. Los oídos le lloraban. La ponzoña alcanzaba sus ojos, que, enrojecidos, se salían de sus órbitas.
Él mismo se había administrado aquel veneno y todavía sostenía el vaso, su sentencia de muerte.
Brujas, fantasmas, muertos vivientes, esqueletos… el Infierno al completo le daba la espalda mientras reía salvajemente.
El vampiro, no tragando el veneno sino su orgullo, devolvió el bebedizo a su Caja de Pandora. La gata egipcia, guardiana y portavoz de todos ellos, le habló:
-¡Pues vaya! Tampoco te gusta el ponche de calabaza con ajo…
-¡Queríais envenenarme!
-¿Nosotros qué culpa tenemos?-maulló decepcionada, pero fría-. O escupes o te mueres."



Maldita leyenda



"Por fin llegué a aquel pueblo perdido, lejos de la "pesadilla" de Halloween; bajé del autobús y me dirigí al hostal donde iba a pasar la noche, en mi mente resonaba la leyenda que dos pasajeros habían contado durante el trayecto:
"Se decía que todas las noches del 31, aparecía el espectro de un misterioso monje vagando sin rumbo y al que siempre le precedía la aparición de un ser inocente. Que si tenías la mala suerte de verlos, vivirías algo terrorífico... ".
¡Bah, aquello no eran más que tonterías! Pero llegó la noche y con ella el frío y el miedo; a pesar de los ruidos nocturnos, me dispuse a dormir cuando una sombra pasó lentamente delante de la ventana mientras se escuchaba una tenue melodía; algo había ahí fuera. Abrí la ventana (y para mi sorpresa) era un corderito; me miró, sonrió y me dijo:
"¿Cuándo eras pequeño tenías unos dientes como los míos? "
"¡Ah! "-fui corriendo hacia la cama con la cara descompuesta.
De repente sonó el despertador, ya era de día... ¡Había sido un sueño! Salí " pitando" del pueblo lo más rápido que pude. No pensaba volver nunca más por allí. "



Veinte años exactos.



"Esperaron durante horas para poder sorprenderla.

Solo volvieron a juntarse para celebrar su funeral."



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