El terror es una sensación de miedo muy intensa. El miedo se define como una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario; cuando éste supera los controles cerebrales y el sujeto no puede pensar de forma racional, aparece el terror.
Con ganas de hacer cosas, porque parece que la vida universitaria está muriendo. Que no se apaguen las ganas.
Estudiante de Ingeniería informática que no para de hacer cosas. Fiel impulsador del conocimiento libre y la cultura libre.
Estudiante de filología. Secretaria y miembro de Reino de Arckham y muy fan del terror, la ciencia ficción y la fantasía.
Amante de las matemáticas. Estudiante de Ingeniería Matemática y presidenta de Numenor.
"La pequeña se encontraba en el centro de la habitación, jugando mientras tarareaba una canción. -Papi, ¿ has acabado ya? Quiero salir a jugar. -Aún no, cariño. Ni siquiera deberías estar aquí, ¿ lo sabes? -Pero papi, yo quiero estar contigo. Venga, salgamos a jugar. Suspiró y asintió. Cogió a la pequeña de la mano y se perdieron en la luz de la salida. A los cinco minutos la calle se encontraba abarrotada de policías y servicios sanitarios. Al parecer, un hombre que había perdido a su hija pequeña un mes atrás, se acababa de tirar por la ventana."
"Hola, estoy a tu lado. ¿No puedes verme? Yo a ti sí. Mira a tu izquierda. Vamos, mira. Mira. Mira. ¿No sientes nada? Te estoy lamiendo el cuello con mi lengua podrida. ¿Escuchas cómo gotea la sangre de mi boca mientras gimo de placer? Tus pecados me excitan… Qué cara tan bonita tienes. Se parece mucho a la de tu madre. Está muerta, ¿lo sabías? La he matado yo, como a tu ángel protector. Ojalá pudieras verlo. Está sobre ti, en el techo, ahorcado; sus pies santos girando sobre tu cabeza. ¿Seguro que sigues sin poder verme?"
"Contemplo el filete delante de mí y no me decido ¿Lo hago a la plancha? ¿Necesitará salsa? Afeito con cuidado los pelos que sobresalen y ahora solo queda una capa de piel tatuada y músculo. Mientras observo el dibujo subcutáneo del Empire State compruebo en google si la tinta de tatuar es tóxica. ¿Cómo he acabado con un trozo de antebrazo humano en mi cocina? Me apetecía probar cosas nuevas ¿Por qué maté a mi amigo para conseguir un poco de carne? ¿Cómo pretendes que te explique dilemas morales en cien míseras palabras? Ahora sólo puedo pensar en la receta…"
"La niña sale del cuarto muy en silencio. Lentamente, recorre el pasillo en completa oscuridad; con pasos descalzos, cautelosos y acostumbrados. Es de noche, no quiere despertar a nadie. Finalmente llega, traga cemento. Coge un vaso. Abre el grifo. Los muelles de una cama rechinan de repente. Dos pies tocan el suelo. Ella lo oye; ya no tiene sed. La niña vuelve deprisa a su habitación, tropezando sin querer consigo misma. Consigue escurrirse entre las sábanas, pero no ha cerrado bien la puerta. La figura de su padre aparece, con ojos como lunas llenas. El agua corre. —Hola."
"– ¡Otra vez hasta las mil! – Maldijo Julia gritando, sin importarle que su voz resonara en todo el laboratorio. Era de noche y, como venía sucediendo frecuentemente, el experimento se había alargado más de la cuenta. Llevaba sola en el laboratorio tres horas y ya se disponía a recoger cuando oyó el chirrido característico de la sala de cultivo de microorganismos patógenos. Salió a comprobar la puerta y al encontrarla cerrada pensó que su imaginación le había jugado una mala pasada, pero su sonrisa de alivio se esfumó cuando una sombra humana ligeramente deformada la esperaba junto a su abrigo."
"Se escuchó por un momento un susurro de voz de bebedor de aguardiente: " no volveréis ..." De pronto, la bisagra de la puerta comenzó un silbido estremecedor. Apareció un gato negro , con un aspecto fantasmal. Las luces parpadeaban en esta escena lúgubre. El cuerpo comenzó a caminar , acercándose a la ventana . A fuera de la casa se podían contemplar los rostros de aquellos niños que osaron traspasar la barrera del atrevimiento... Se congelaron en el instante."
"Las supersticiones eran nuestro escudo frente a los peligros que no podíamos explicar. El miedo a lo desconocido es una respuesta natural que aún hoy, nos hace dudar antes de incumplir esas normas aunque parezcan irracionales. Escribo esto para que se sepa que yo las olvidé. Ahora debo pagar el precio de mi maldita estupidez. Hay reglas en este universo que deben cumplirse, so pena de despertar unos horrores antiguos, horrores que tu cordura no soportará. Puedo sentir cómo se acercan. No puedo esconderme más. ¡Por los dioses!, ¿qué son? Nada "
"Durante años vinieron a buscarme. Aferraban los barrotes de mi celda con sus uñas ferrosas, riéndose de mi encierro; pero mi encierro me protegía, solo el hierro vence al hierro, lo sabía. Esa noche fue distinta. Una de ellas se acercó sonriente. Pequeña, bajita, me habló suavemente con un rostro extraño entre dulce y masculino. Dudé. Súbitamente vi sus uñas horadando los barrotes como si fueran mantequilla. Chillé, desesperado de miedo, alejándome hasta que mi mano rozó algo suave: sábanas. El alivio me inundó. La bruja chilló desesperada cuando me vio hacer el nudo. Entró en mi celda. Sonreí. Tarde. "
"Era una noche oscura. No paraba de llover. Notaba como las gotas humedecían mi piel y el frío inundaba mis huesos. De fondo, los relámpagos caían uno a uno, rompiendo el cielo y las olas rompían en la playa, mientras las iluminaba la luna con una luz oscura, sombría. Noté algo detrás de mí. Me giré, pero no había nada. Lo volví a notar, como si algo me enganchase el brazo, me rozase la piel…seguía sin haber nada… me abrazó e intenté correr, pero no pude. Me arrastraba hacia el mar, hacia lo más oscuro del reflejo de la luna."
"El invierno suele asustar, supongo que el frío hace sentir debilidad, provocándonos una imperante necesidad de refugiarnos en los brazos de cualquiera. Pero para mí, lo verdaderamente terrorífico es el verano: ¿Vivo en Madrid o vivo en un cementerio? Tras la huida de aquellos que dan vida a mi ciudad, la soledad despierta en mi extraños instintos, más propios de perturbadoras pesadillas. En las románticas noches de verano, en contra de mi racionalidad, siento que mi cuerpo vaga solo, cual monstruo desesperado buscando su alimento. Ten cuidado, o serás la próxima víctima de la que beberé sangre… "
"Cerré la puerta. Allí estaba él, mirando el negro infinito. Me ignora. Soy menos que nada para él. Tiene un objetivo mucho mayor. Servirle había sido un honor… pero le fallé. Y mi destino se aproximaba lenta e inexorablemente. Se giró con parsimonia, y al hacerlo empezaba a sentir cómo me faltaba el aire, cómo me asfixiaba aquella gélida presencia. Se me cortó la respiración cuando sus pupilas se fijaron en mí. Me miró como quien contempla un insecto. Solo dedicó una palabra, “Desaparece” y todos mis sentimientos, emociones y sensaciones se apagaron como un fusible roto."
"Lunes, 23:45. Por mi mejilla derecha comenzó a deslizarse una gota de sudor frío. Mi cuerpo se estremeció. Intenté permanecer impávida, tragué saliva y aceleré el paso. Empezaba a dudar que todo aquello fuese fruto de mi imaginación. No obstante, los pasos firmes de unas botas pesadas seguían retumbando en mi cabeza. Como si alguien caminase detrás de mí, a menos de un metro de distancia. Quise mirar hacia atrás, pero la rigidez de mi cuerpo sólo admitía que siguiese caminando hacia delante. Centré toda atención en mi respiración. Finalmente, un susurro: grita todo lo que puedas."
"Solo mirarla me da placer. Demasiado placer. Es preciosa, y aún más allí inmóvil sobre la mesa de mi cocina. Hace mucho calor, pero empiezo a acariciar su piel fría y suave con una sonrisa de triunfo y placer. No se mueve ni un ápice. Tengo tantas ganas de ella… Pero no puedo más, asique alzo el cuchillo y lo clavo con fuerza en el centro de su pequeño cuerpo. El rojo empieza a manar manchando el mantel azul de mi mujer. Quiero saborearla ya, sentirla dentro de mí…porque adoro comer sandía con este calor veraniego. "
"¿Quién no ha salido tarde de la biblioteca preparando un examen?
La protagonista de nuestra historia lo hizo, y eso la condenó para siempre.
Volvía a casa rápido y revisaba los apuntes cuando una hoja bastante estropeada se cayó al suelo. Cuando la recogió vio que solo aparecía una oración, una y otra vez: <
"Pedía a gritos compasión, pero ya no le valió tal esfuerzo. Y la devoró pieza por pieza, dejando al final su corazón. ¡Por los infiernos! No debió haberla devorado porque cuanto más deleitaba su sangre pura, más horripilante quedaba su rostro. ¿Qué rostro? Cada noche gritaba sus pecados, en sus sueños caía al Tártaro y su piel se fundía en el fuego junto con las almas más inocentes. Su rostro se convirtió en ella, su sangre olía a ella y su alma... Su alma se alimenta del pecado cometido por él. Maldito, indestructible y eterno pecado somos ayer y hoy."
"Estaba harto de ir de un lado a otro intentando deshacerse de él. Tres ciudades y ocho mudanzas más tarde, a través del rabillo del ojo acababa de verle pasar como una sombra fugaz dirigiéndose a la segunda planta. Sabía lo que esto significaba, comenzarían los malintencionados susurros nocturnos que siempre acababan convenciéndole. Miró hacia su hijo, que dibujaba con rabia perturbadoras siluetas. Le hubiera gustado prevenirle, pero era demasiado pequeño para entenderlo. Un terror inefable se apoderó de él, ¡Nunca podrían escapar! Su sempiterno y perverso compañero siempre acababa encontrándoles y, desde luego, saliéndose con la suya."
"Corre. Escapa. No mires atrás. Escóndete antes de que te vea. Tápate los oídos y trata de no escuchar los gritos. Regula la respiración, poco a poco. Inspira, expira. No te pongas nerviosa. No te muevas. Si no te ve no puede hacerte daño. Encógete. Pasa inadvertida. No te dejes llevar por el miedo. Cierra los ojos, no mires los cuerpos, no prestes atención a la sangre. Intenta salir de allí ilesa. Intenta sobrevivir... ¿A caso tienes otra opción?"
"La que le miraba desde el espejo era la que veía el resto del mundo, la chica normal, con algo de ojeras del poco dormir. Pero ella conocía la realidad y, ante sus ojos, la piel cayó a jirones revelando los músculos podridos, plagados de gusanos. Mechones de pelo desprendiéndose de su cabeza, los ojos inyectados en sangre. Esa era ella realmente. En arranque inesperado, destrozó el espejo de un puñetazo. La mañana siguiente encontraron el baño repleto de la sangre que manaba de la muñeca de esa chica normal, con algo de ojeras del poco dormir."
"Me gusta observarte. Eres demasiado hermosa cuando duermes, o cuando te atemorizas de mí. Me gusta seguirte cuando te levantas por la madrugada a beber agua, o contemplar tu cuerpo mientras estas en el baño. Me he enterado de que piensas mudarte… puedes estar segura que me mudaré contigo. Hace mucho no me enamoraba de alguien. Quiero poseerte, y te agradezco que me ayudes a hacerlo. Gracias por contactar conmigo querida, ahora puedes verme cuando tienes parálisis de sueño: ya no solo sientes mis caricias en tus piernas, ahora miras mi rostro respirando cerca del tuyo. Sólo es cuestión de tiempo… Pronto serás mía. "
"Esa extraña sensación cuando camino sólo en la noche. Siento que algo me observa. Me persigue. Pienso que es una tontería pero algo en mí se pregunta ¿Y por qué no? Mi corazón se acelera. Aligero el paso pensando en ponerme a salvo de la calle. Me siento vulnerable. De pronto un crujido detrás de mí. Siguiéndome, lo escucho con más frecuencia. La luz de la luna hace que pueda ver una sombra a mi espalda. Mi respiración se acelera. Sólo puedo rezar para que eso que imagino, mi peor pesadilla, no me arrastre a la oscuridad."
"«Shhh… Calla.» María daba tumbos, desorientada. No lograba ver a nadie y la cabeza le daba vueltas. ¿Seguía en el callejón tras el local? Mierda. Tenía que coger el móvil. El móvil… El móvil estaba en el coche. «No pasará nada.» Tras abrir la puerta, buscó a tientas el teléfono, intentando tenerse en pie. Joder, joder, ¿cuál era el número? «Hazlo por las buenas, ¿vale?» Una voz contestó la llamada. Dijo que la atenderían en breves instantes. Pero María no los tenía. «¡Apaga eso, hostia!» Y él la agarró del pelo, le rasgó el vestido y le tapó la boca."
"Mónica adoraba las películas de terror, les tenia mucho miedo pero no podía dejar de verlas. Cerrando los ojos pensó ¿Por qué?, el terror de las películas es algo de lo que te puedes desprender con un simple ``es ficción, no es real´’, sin embargo, la realidad es mucho más aterradora, tal vez el terror fue creado para ignorarla. Esto fue lo que pensó Mónica antes de que unas manos con olor a alcohol la hicieran caer en la fría oscuridad, la muerte. Las manos de su madre, una mujer enloquecida por la precaria situación de pobreza. "
"Mi ojitos... que gran amor. Me enamoré del amor de mi vida por su mirada y por sus ojos. Mirada clara y limpia de ojos color caramelo que me condujeron a la corDURA… ¡GUAJAJAJA! ¡A MÍ! A mí me encanta lamer con la punta de mi lengua esas corneas… ¡A MÍ! A mí me encanta sentir los esféricos ojos perfectamente diseccionados en mi boca. ¡Mmmm…! ¡Se me hace la boca agua! ¡¡A MÍ!! A mí me encanta morderlos y sentir en mi boca esa explosión celestial de sangre y fluidos. Ojitos murió… buscaré un nuevo amor en… ¡CIUDAD UNIVERSITARIA! ¡GUAJAJAJA!"
"- ¿Quién eres? - Eso no importa, no tiene sentido ahora. Esa pesadilla está viniendo. Es un monstruo, sombrío, sin cara. No se esconde, pero nunca se deja ver realmente. Cada vez que aparece toma una forma distinta. Siempre formas peligrosas y espeluznantes… - ¿Pero de dónde has salido? ¿De qué estás hablando? - Tenemos que irnos, no puedes quedarte aquí. Te atrapará. Debemos huir, cambiar de cuento -Los ojos de Pondara, frenéticos, no encontraban lo que buscaban-. Cualquier libro de tu biblioteca servirá. Pero es tarde, no llegarán allí. He tomado la forma del narrador. "
"Cuando se dispuso a escribir el final de su historia, justo antes de matar al monstruoso y despiadado ser que atormentaba a todos sus protagonistas, el lápiz se partió en dos, clavándosele una astilla en el dedo anular del que comenzó a gotear sangre, la punta se quebró, la hoja se desgarró en varios pedazos y los trozos de papel se ordenaron ante sus ojos bajo una inquietante ráfaga de viento helador. “Nunca te vas a librar de mí”, decía el mensaje. "
"Sus ojos continuaron escudriñando cada rincón de la lúgubre estancia. Nada. Su corazón se aceleró. Estaba sola. Sus manos temblaban y sujetaban con fuerza la vela. El viento se colaba por las ventanas, amenazando con apagar la luz. Sabía que debía regresar. Sus piernas se negaban a obedecerla. Quería descubrir la procedencia de aquellos susurros que invadían cada noche sus sueños. La vela se apagó con una gélida ráfaga de viento. Contuvo su aliento. Su hermoso rostro se desfiguró en una mueca de terror. Voces. Ya no estaba sola. "
"El artista paseaba tranquilamente por los pasillos donde se exponían sus últimas obras. Disfrutaba recorriendo la exposición justo cuando el museo estaba a punto de cerrar y casi no quedaban visitantes, ya que le permitía observar a la gente y, a veces, inspirarse para una nueva obra. Eran dos, chico y chica, jóvenes y aparentemente hermanos (el parecido era evidente. S acercó a hablar con ellos y quedó muy satisfecho: Sin familia cercana, nadie esperaba su regreso. Una semana después, la exposición de estatuas hiperrealistas con escenas cotidianas hechas en cera contaba con una nueva obra. “Amor fraternal”."
Created | Modify by Daniel